Como dice A. Muñoz Molina «las historias sirven para dar forma inteligible a la confusión o a la niebla de los hechos», así que este es mi intento de ordenar con lógica las zozobras y el miedo que he pasado este final de año.
El Día Internacional de las Personas con Discapacidad, el 3 de diciembre, fui a Urgencias preocupada por la inflamación del muslo derecho. Me hicieron radiografías que constataron la fractura del cuello del fémur. Así que muy mal día para conmemorar mi discapacidad, la paraplejia.
Dos días después ingresé en el hospital, el miércoles 7 me operaron para colocarme un clavo que fijara la fractura y el viernes me dieron el alta. Solo voy a referirme al aspecto más positivo: como por debajo de la lesión medular no tengo sensibilidad, me evité los dolores en todos sus grados.
Una vez en casa, vuelvo a agradecer el no vivir sola pues necesito ayuda para todo. Estoy mucho tiempo en la cama. Pasado el fin de semana me acerco al centro de salud a que me cure mi enfermera las tres súper cicatrices del muslo. Empiezo a tomar antibiótico y todo va medio bien hasta el fin de semana. Muy asustada, el sábado y el domingo tengo que llamar al 112 y vienen a atenderme equipos de médica/o con enfermera/o pues la sutura central no deja de supurar sangre y fluidos. A pesar de las curas los líquidos encuentran salida, pero como los médicos dicen que es bastante común en el proceso de cicatrización, me envuelvo la pierna con protectores y espero hasta que dejen de salir.

El día de la lotería y el siguiente la enfermera me quita los puntos de las heridas quirúrgicas de los extremos: 4 de una y 6 de la otra. Los de la herida central están todavía húmedos y hay que esperar hasta el día 27 que está cerrada y me retira los 7 últimos puntos. Ha pasado otra fase sin infecciones, estoy contenta.
Paso Nochebuena y Navidad flojita pero muy bien cuidada por mis hermanos. La última semana del año por la mañana hago recados, me encuentro con algunos amigos y compro entradas para ir al cine programado en el Festival Actual 2023.
Los días de Nochevieja y Año Nuevo los pasamos con los sobrinos y su entusiasmo juvenil. A mí ya me da el cuerpo para estar todo el rato sobre la silla de ruedas aunque la pierna sigue muy hinchada y la manejo con dificultad, me pesa un quintal!
Asisto a cinco de las doce proyecciones cinematográficas de Actual. Todas interesantes y muy premiadas. La que más me gustó fue The quiet girl, filme irlandés en el que Colm Bairead dirige a una maravillosa Carrie Crowley en el papel de Cait, una niña que descubre el cariño y la ternura de la que carece en casa con unos parientes lejanos.

El día 5 de enero tengo cita con la doctora que me operó. No le gusta el aspecto de la cicatriz y dice que me la debe vigilar la enfermera. Me cita para final de mes.
La próxima semana iré al centro de salud a que me vea la enfermera y a un centro de fisioterapia a que me den masajes linfáticos que ayuden a reabsorber los líquidos para reducir la inflamación de la pierna. Y recuperaré mi vida…..y confío en que el 2023 no me acobarde tanto.